La noche anterior debe estar adornada con sonrisas por parte de la familia y con un banquete dulce de amor, abrazos, besos y mucha tranquilidad; de palabras que le generen confianza, aliento y fuerza para el nuevo reto al que se enfrentará el pequeño de la casa.
En el jardín es donde iniciará su proceso de socialización. Y para que todo salga bien es necesario seguir varias recomendaciones como antesala:
Los primeros miedos
Los temores de los niños podrían dejar de existir si sus padres no se los infunden. Los adultos son los principales promotores de este mal que genera angustia y desestabilidad en el pequeño. Sin embargo, los chiquitos sienten ansiedad por la separación que van a tener de sus padres. Para que esto no se genere traumáticamente es necesario que los adultos le hablen al niño con sinceridad acerca del nuevo proceso que le espera.
El siquiatra infantil Christian Muñoz asegura que los menores sienten la angustia de los padres que a veces son transmitidas con las palabras o las caricias. “Del primer día de clases se les debe hablar como un evento inolvidable que le brindará conocimiento, diversión y socialización”.
Para generar confianza en el infante también es necesario que usted le cuente a su hijo las distintas actividades que él realizará con sus amiguitos, la hora en la que lo va a recoger y la importancia de su buen comportamiento.
Marcela Franco, sicóloga del centro de estimulación Kanga, explica que otra manera para adaptar a los niños a su nueva rutina es dejándolos por tiempos determinados en el jardín; es decir, el primer día pueden ser dos horas; el segundo tres, y así sucesivamente.
También es fundamental crear una rutina desde el primer día de jardín. Es decir, tenerles horas fijas para la levantada, el baño, el desayuno y que sepa que el padre o la madre lo acompaña hasta la puerta del jardín, le da un beso, un abrazo, la bendición y un hasta luego. Debe ser una actitud positiva, amorosa y de frescura. No lo engañe diciéndole que vuelve en un rato. Es preferible hablarle sin tapujos.
“Si el niño se queda llorando en el jardín, lo conveniente es dejarlo allí, porque con el tiempo él se irá acoplando y comprenderá que esa es su misión. Además, es una respuesta a la ansiedad que está manejando y entre más temprano se acostumbre, menos traumático será el cambio”, señala Muñoz.
Así como Muñoz, otros especialistas consultados coinciden en afirmar que no es conveniente que los padres se queden con sus hijos en el jardín, ni que los chiquitos se vayan a estudiar con objetos como cobijas o muñecos, porque se habitúan y será perjudicial el día que no los tengan. Solo se debe admitir el comportamiento cuando hay respuestas negativas exageradas por parte de ellos.
Para terminar, otra recomendación: si la despedida fue una maravilla, la bienvenida debe ser igual. Los padres deben recibirlo con abrazos y besos. Además, deben preguntarle sobre lo que hicieron, los amigos que consiguió y las onces que comió.
Si lo prefiere, sea creativo y prepare un diploma para entregarle al pequeño por el primer día de su jardín. Debe ser un premio más no una promesa u obligación que se deba mantener.
Experiencia para compartir
Juan Pablo Aguirre, padre de dos hijos, es uno de los bloggers ABC del bebé. Allí él publicó la historia del primer día de jardín de uno de sus hijos. Aquí, el resumen:
“La semana pasada estábamos un poco nerviosos mi esposa y yo, sobre el ingreso de nuestro hijo al jardín, un poco temerosos de cómo se comportaría, de si lloraría o nos extrañaría. Nos preguntábamos: ‘¿le gustará, hará fácilmente amigos?’ El domingo la emoción se sentía: corrimos a comprarle medias y camisetas, a probarle el uniforme y a verificar que tuviéramos todos los papeles que nos pedían. Pero claro, olvidamos la maleta, la muda que hay que dejar en el colegio, en fin... Al día siguiente nos levantamos temprano.
Llegué con él al jardín y Juanfe se me apartó, cogió una pelota y se puso a jugar. Luego, me miró y yo sabía que tenía que irme, porque el jardín es para el niño, no para los papás. Así que lo llamé y le dije: ‘hijo, dame un beso que me voy. Tú te vas a quedar aquí jugando con Bibi, la profe, y los otros niños. Rgreso por ti en la tarde. ¿Te parece?’. Me miró, me dio un beso y me dijo ‘Chao papi’. Y salió corriendo a seguir jugando”.
Cómo adoptar al hijo
- No le transmita a su hijo miedo ni ansiedad. Si lo hace, él la va a sentir y su comportamiento será de inseguridad.
- Evite dar instrucciones como: no hables, no pelees, no grites.
- Esto genera angustia.
- Cuéntele al niño quién estará el primer día de clase, a qué hora irá a recogerlo. Dígale situaciones concretas, para que se sienta tranquilo.
- Cumpla lo que promete.
- Dígale lo importante que es que asista a un jardín a aprender y que se vincule con otros niños.
- Acompáñelo hasta la puerta del jardín y dígale lo mucho que lo ama y lo importante que es para usted.
- Tome fotos para que su hijo sienta un ambiente lleno de alegría.
- Prepare un desayuno especial con su menú favorito pero balanceado.
Por Mónica Toro
Redactora ABC del bebé.
Redactora ABC del bebé.
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